07

Feb

2022

Artículo de opinión

El profesional

Nada importa más que sentarse día a día y hacer el trabajo con disciplina. Y luego, casi milagrosamente, ¡empiezan a suceder cosas buenas! ¿Cómo se empieza? Cree en ti y no olvides tratar bien a los demás.

Por Juan Quinde. 07 febrero, 2022. Publicado en Correo, el 5 de febrero de 2022.

Existen personas imparables, personas que no necesitan supervisión para hacer su trabajo. Utilizan su talento, su coraje y su amor para conseguir logros que parecen imposibles. No importa si tienen o no un título universitario. Ellos se concentran en su objetivo y luchan a muerte contra distracciones y críticas. Según el libro La Guerra del Arte, ese tipo de personas son los profesionales.

Al empezar un proyecto, el profesional sabe muy bien que no se trata de una carrera de cien metros, es una maratón. Se equivoca -como todos- pero corrige y aprende muy rápido. No tolera el desorden. Tampoco espera la inspiración, él actúa, hace su trabajo. Sabe que no existe el guerrero sin miedo. Confía que sus miedos retrocederán cuando entre en acción.

Si cede a la distracción, sabe que está perdido. Él sigue trabajando, sin parar. Conduce su negocio en el mundo real, enfrenta la adversidad, la injusticia, las rachas de mala suerte; es decir, entiende que está en un campo de batalla; pero, planea el ataque. Se prepara para mantenerse firme y constante. Es un aprendiz; poco a poco cambia un hábito malo por uno bueno, ya que quiere poseer un arsenal de habilidades para cuando la inspiración llegue.

El profesional no toma el rechazo o la crítica de manera personal, pues la batalla se libra en su cabeza. En el caso de un deportista, deja todo en el campo y su fortaleza mental lo ayuda a valorar su esfuerzo sin importar si fracasó o tuvo éxito. Su núcleo (sus principios) es muy fuerte. Nada puede tocarlo, a menos que él lo permita. Gobierna sus emociones.

No hay misterio para convertirse en profesional, es una decisión tomada con voluntad propia. Nada importa más que sentarse día a día y hacer el trabajo con disciplina. Y luego, casi milagrosamente, ¡empiezan a suceder cosas buenas! ¿Cómo se empieza? Cree en ti y no olvides tratar bien a los demás.

Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.

Comparte: